A guisa de prologo Savater realiza una pequeña reflexión sobre la educación y la sociedad actual. La crisis de la educación ya no es lo que era, ahora no debemos centrarla en la deficiente forma que la educación cumple con los objetivos sociales, sino que no sabemos que finalidad tiene y hacia donde la debemos orientar. La forma de afrontar esta crisis por parte de los educadores debe ser desde una perspectiva optimista ya que la única forma de mejorarnos unos a otros es por medio de los conocimientos, podemos no creer en privado pero cuando toca educar debemos aceptar estos conocimientos optimistas. Los pesimistas pueden ser buenos domadores pero no buenos maestros.
¿Que es lo que puede enseñarse y debe aprenderse?
El aprendizaje condición esencial para alcanzar la calificación de ser humano. Genéticamente nos predisponemos a llegar a ser seres humanos pero solo por medio de la educación y la convivencia social conseguimos efectivamente serlo. Según Eibl-Eibesfeldt estamos genéticamente programados para adquirir destrezas que solo pueden enseñarnos los demás.
Lo primero que la educación nos enseña es que "no somos únicos" y lo segundo es que "no somos los primeros en nuestro linaje". Dos cosas esenciales que nos hacen, aun más si cabe, hombres o mujeres.
El tiempo es nuestro invento más característico, no hay sociedad que no sepa de su pasado y se proyecte hacia el futuro. Este invento se debe a que somos el único ser con conciencia de una muerte inexorable. La enseñanza está ligada intrínsecamente al tiempo, como transfusión de una memoria colectiva, que nos proporciona una conciencia temporal. Lo primero para educar a alguien es haber vivido antes que este, sobretodo en las sociedades apoyadas en una memoria oral. La función de la enseñanza esta unidad a la condición humana , esta nos da la posibilidad de ser alguna vez maestros de algo para alguien, quien puede enseñar mejor un juego aun niño que otro niño.
El hecho de que cualquiera sea capaz de enseñar algo, no quiere decir que cualquiera sea capaz de enseñar cualquier cosa. De ahí que aparezcan instituciones docentes específicas que nunca podrán monopolizar la función educativa, ya que los saberes científicos son muy variados y específicos.
Para contestar a la pregunta inicial viajaremos hasta la antigua Grecia y volveremos al presente haciendo una revisión de que se ha enseñado a lo largo de la historia. Los Griegos dividían la enseñanza en Educación ( se encargaba un pedagogo perteneciente al ámbito interno del hogar, convivía con los niños eseñandoles valores, formando su carácter y dándoles una integridad moral) y Instrucción (se encargaba el maestro y les enseñaba conocimientos instrumentales), esta última tenía un papel secundario. Esto cambio a finales del siglo VXIII con la publicación de la Gran enciclopedia, Diderot (su creador) no retrocede ante el estudio de los conocimientos instrumentales, y es a partir de entonces cuando la instrucción es imprescindible para fundar una educación igualitaria y tolerante.
Esta instrucción evoluciona a un modelo científico que representa un saber unitario. Mientras que las propuestas morales y políticas de la educación se enfrentan con multiplicidad, provocando que algunos lleguen a recomendar que la enseñanza institucional se atenga a lo seguro y práctico, dejando a las familias e instancias ideológicas el encargo de la socialización. Pero desde una perspectiva realista separar al 100% la educación de la instrucción es imposible por que no se puede educar sin instruir ni viceversa.
Otra forma de ver esto es la que nos proporciona Jhon Passmore que establece entre capacidades abiertas (leer, escribir...) y cerradas (hablar, razonar...). Las primeras cuando alguien llega a saber ponerlas en práctica no es posible más progresión, Mientras que las segundas nunca pueden ser dominadas de forma perfecta, su conocimiento se puede desarrollar interminablemente. Para finalizar las dos teorías se unen, ya que la educación se encargaría de las actividades abiertas mientras que la instrucción de las actividades cerradas.
Si dejamos la educación en manos de otros corremos el riesgo de que los trastornos juveniles se agraven, por lo que no se entiende instrucción sin educación y viceversa.