domingo, 15 de enero de 2012

Hola a todos! Mis compañeros de grupo me insistían en que publicara y publicara pero es que no quería publicar nada hasta que no viera nada interesante. Sé que ya es tarde, pero a mi conciencia le vale.



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Vale la pena ver este vídeo. Independientemente del título del mismo, el mejor ejemplo de lo que nos puede ocurrir cuando vemos algún problema, buscamos una solución o queremos alcanzar nuevas experiencias. El perro no es tonto, pero es que nuestra mente funciona así. Nuestra cabeza le da vueltas y vueltas y vueltas a lo mismo. No encontramos la solución o el camino. Y nos mantenemos firmes en nuestra posición. Le damos vueltas y vueltas. No somos capaces de saber que tendremos que derribar algunas barreras.  
El acomodo en nuestra vida viene dado por ciertas defensas que nos hemos ido creando. Pero esas defensas, creeencias, que nos han ayudado a vivir bien - en algunos casos incluso mal - nos limitan. No nos dejan acceder a otros lugares o experiencias. 
El entrenador, en este caso es capaz de hacerte dar vueltas, vueltas y vueltas, manteniéndose al margen, y presentarte de cerca lo que puedes conseguir. Tú das vueltas, y el entrenador te estimula. No es bastante? el entrenador te estimula más, sigue sin ser suficiente, te ve dar más vueltas, necesita más acción,... otro estímulo más. Así hasta que tú eres capaz de encontrar una salida. Un camino que desconocías.
Será la casualidad, será el esfuerzo, será las vueltas que da el perrito. La verdad es que al final del proceso, hay salida. Siempre la hay. El método funciona.
Y sí, el entrenador es un poco canalla...pero ha valido la pena.

1 comentario:

  1. Tienes toda la razón y está increíblemente bien ilustrado. A veces en nuestro cerebro y en nuestros cuerpos se instalan barreras-cocacola. Algunos las llaman "pensamiento único" otros "discursos" otrso "consensos sobre el sentido común". El caso es que, como le pasa al perro, nos encerramos en ellas y empezamos a dar vueltas confinados en sus límites sin darnos cuenta de que, a pesar de la impresión de movernos, no avanzamos. Por eso está bien de vez en cuando darnos cuenta que las mayorías de las barreras son autoimpuestas y que decesitamos ir más allá si queremos avanzar de veras.

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